domingo, 28 de noviembre de 2010

Las Grandes Migraciones



Mientras la civilización se consolidaba en el Mediterráneo, en otras partes de Europa hubo grandes cambios. Las culturas de la edad del bronce y del hierro de las regiones periféricas consistían principalmente en comunidades pastoriles y agrícolas, mucho menos estables que los asentamientos grecorromanos. Las emigraciones de áreas más pobres a zonas más ricas fueron continuas, y el movimiento de un pueblo o tribu desplazaba a su vez a otros pueblos y a menudo provocaba reacciones en cadena. Los primeros en comenzar dichos movimientos durante los siglos finales de la era precristiana y principios de la era cristiana fueron las tribus germánicas. Estas tribus habían ocupado partes de Escandinavia meridional y Alemania septentrional a finales de la edad del bronce. Durante la edad del hierro comenzaron a emigrar al sur, quizás a causa de un empeoramiento del clima. En el siglo II a.C. dos tribus germánicas, los cimbrios y los teutones, alcanzaron la zona que hoy día es Provenza, pero fueron rechazados finalmente por los romanos. Los suevos tuvieron más éxito y ocuparon parte de la Alemania actual. Las tribus celtas de esa región fueron empujadas hacia el oeste para ser conquistadas muchos años más tarde por los romanos bajo mando de Julio César. La expansión romana hacia los territorios germánicos fue interrumpida en el año 9 d.C., cuando tropas germánicas dirigidas por Arminio (Hermann) aplastaron a las legiones romanas en el bosque de Teoburgo. Como consecuencia, Roma estableció una zona de contención al este del Rin y al norte del Danubio. Aproximadamente en el año 150 d.C., las migraciones y posteriores dislocaciones de pueblos se intensificaron de nuevo y amenazaron las fronteras imperiales. El emperador Marco Aurelio luchó con éxito contra los marcomanos y los cuados, al igual que contra un pueblo no germano, los yacigos; un ejemplo de las características de este periodo es que Marco Aurelio pasó gran parte de su reinado luchando con las tribus invasoras. A comienzos del siglo III d.C., los alamanes habían penetrado al norte de la frontera romana, y al este los godos comenzaron su infiltración en la península de los Balcanes. Tras su derrota ante las tropas imperiales, los godos se convirtieron en mercenarios de Roma.

Durante la segunda mitad del siglo III, los grupos germánicos (incluidos los francos) penetraron en el Imperio. Se hicieron grandes esfuerzos para fortalecer las defensas interiores. Bajo el emperador Aureliano se construyó una muralla alrededor de la misma Roma, Dacia fue abandonada, y se reclutaron cada vez más mercenarios germánicos para formar parte de los ejércitos romanos. Roma sólo pudo capear la crisis del siglo III gracias a la reestructuración del Imperio por parte de Diocleciano, realizada en principio para enfrentarse a las tribus germanas con más eficiencia. Después de la mitad del siglo IV la situación parecía estar bajo control, pero un nuevo pueblo, los hunos, invadió Europa desde Asia central y causó una nueva serie de reacciones. Los godos fueron empujados hacia los Balcanes y derrotaron a los romanos en Adrianópolis en el año 378. En el 410 los visigodos de Alarico I saquearon Roma y provocaron una conmoción en todo el Imperio. Poco después los vándalos, tras atravesar la península Ibérica, penetraron en el norte de África bajo dominio romano y establecieron un reino. En el año 451 un ejército romano, formado en gran parte por visigodos, derrotó a los hunos de Atila, pero años más tarde Roma fue saqueada de nuevo, esta vez por los vándalos. En ese momento Britania, Galia e Hispania estaban ocupadas por tribus germánicas. El final del Imperio de Occidente llegó en el año 476, cuando mercenarios germánicos depusieron al emperador Rómulo Augústulo y convirtieron a su jefe, Odoacro, en rey de Italia. En esta época, Hispania estaba dominada ya por los visigodos, que habían abrazado la herejía arriana, que no aceptaba que Cristo fuera parte de la Santísima Trinidad, considerándolo simplemente un profeta. A partir del dominio romano, florecieron mártires y santos.

Nombre: Boada L. Joel A.                           C.I: 17.930.028                                       Asignatura: EES

Fuente: Microsoft Encarta2009

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